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Arquitectos: spaceworkers
- Año: 2022
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Fotografías:Fernando Guerra | FG+SG
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto de museografía y arquitectura expositiva del Panteón de Almeida, en la Iglesia de Santa Maria do Castelo en Abrantes, Portugal, pretende la adaptación y rehabilitación interior de una antigua iglesia (edificio histórico de la ciudad de Abrantes, construido en 1215 por D. Afonso II, siendo posteriormente, en 1433, reconstruido por D. Diogo Fernandes de Almeida, uno de los protagonistas de este proyecto), cumpliendo con las estrictas restricciones impuestas por las entidades que velan por la intervención en el patrimonio y que no permiten ningún cambio en la iglesia existente, salvo la pintura y el mantenimiento de los materiales.
La intervención, por tanto, tiene que ser completamente reversible y minimalista para no competir con la grandeza histórica de lo existente.
Con esto en mente pensamos en una intervención de apariencia etérea y sencilla, que pudiera dialogar con lo preexistente, creando al mismo tiempo un espacio virtualmente abierto y fluido, capaz de explorar numerosas relaciones visuales y conceptuales entre la propuesta y lo existente, convirtiéndose además en un elemento interpretativo de la iglesia, al tiempo que define las jerarquías del diseño expositivo, creando así una experiencia inmersiva para los visitantes.
La propuesta se materializó en la construcción de una plataforma de madera de pino, posada sobre un suelo de arcilla existente, al tiempo que se despegaba de las paredes para dar la impresión de un suelo que flota en el espacio, como si fuera una nueva capa de la historia, permitiendo también percibir el suelo existente, que cuenta una historia diferente.
La arquitectura de la exposición explora el sentido de lo inmaterial y lo intangible, y su permeabilidad permite visualizar toda la amplitud de la Iglesia, una especie de realidad aumentada, capas de información yuxtapuestas a lo existente.
Desafiando la escala del lugar, la propuesta asume diferentes dimensiones, ritmos y proporciones de las estructuras expositivas, que son simples, efímeras, transparentes y, con poco volumen y poca materia. Estas consiguen comunicar con sutileza alusiva a lo sagrado, una simplicidad de lógica constructiva.
El suelo de madera soporta las estructuras metálicas de varias dimensiones, con acristalamientos que varían entre 5 m, 3 m y 2 m de altura. Éstas se empotran a una profundidad de 30 cm en piezas metálicas, que hacen que el lastre construido por la madera, soporte el peso de la estructura. Las distintas piezas se distribuyen por el espacio del museo, según una disposición que sigue la geometría del edificio y aprovecha la verticalidad (y la escala).
Las líneas de luz, que recorren todo el suelo del museo, elevando el espacio con una vibración enérgica y activa, y se repiten en los marcos de cristal que soportan los elementos gráficos de la exposición, desempeñan un papel central en todo el proyecto.
Para fomentar la visita exploratoria, también hay una mesa interactiva y bancos para la contemplación. La posición, la escala entre cada módulo y el espacio de proyección multimedia proporcionan experiencias espaciales distintivas para implicar a los visitantes a varios niveles, ya sea a nivel de discurso museográfico o de comprensión de lo existente.